perdición

Por Daniel González Flores

PERDICIÓN

Postreramente, un párvulo pudo cumplir su anhelo de practicar fútbol por primera vez; esto se debía a querer imitar sus dibujos animados predilectos que abordaban este deporte.
Los primeros días en su curso veraniego fueron de elevada exultación para él, puesto que conoció a sus nuevos compañeros con quienes en un principio se respetaba; en lo sucesivo, mientras que él quería saludar y conocer a otros, el resto le indicaba que no debía hablarles dado que pertenecían a la escuela ***.
Aquéllos no tenían los mismos derechos que ellos, por eso lo mejor era ignorarles por completo; a natura, él no cedió, y a la postre, dejaron de dirigirle la palabra sólo por no cumplir sus veleidades. Esto lo confundió demasiado, no comprendiendo el porqué de hacérselo. El curso terminó.
Tiempo después, llegó el momento de mudarse a otra ciudad; el infante se interrogaba cómo sería ahí, si él y su familia permanecerían allá por mucho tiempo o no tanto, conocería buenas personas…
Su primer día de escuela no fue halagüeño para él, donde le maltrataron por tener un tono de voz distinto al de ellos; por supuesto, éste, al denunciarlos con la profesora e impusiera orden, el resto le agredió verbalmente con que no tenía por qué delatarles, o entonces, las cosas empeorarían para él.
En lo posterior, fue alejándose con tal de no sufrir más estos embates; prefería la soledad a la compañía nefanda.
Durante su primer estío en esa ciudad, su madre le inscribió en un curso donde podría practicar fútbol; el pequeño se emocionó tanto, que no hesitó en asistir para remembrar esos tiempos.
En el primer día, nadie le tomó en cuenta; en los subsecuentes, los compañeros le maltrataban por no dominar bien el balón —según esto—, hablar distinto a ellos, y eso era más que suficiente para no admitirlo ahí.
En otros momentos, casi se golpeó con éstos debido a innúmeros dicterios que le emitían; esto le ocasionó un aislamiento voluntario, y por supuesto, querer terminar el curso cuanto antes para no volver más.
A raíz de esto, prefería reservarse todo… a compartirlo con alguien, por pavura a ser mal juzgado.




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